Nuestras Creencias

Sin embargo, estamos convencidos de que es apropiado y consistente con las Sagradas Escrituras “establecer en orden una declaración de las cosas que seguramente se creen entre nosotros” (Lucas 1:1).

 

Puntos Doctrinales

1. El Arrepentimiento: Marco 1:15. Lucas 13:3, Hechos 3:19

2. El Nuevo nacimiento como paso a la salvacion: Juan 3:3, 1 Pedro1:23,1 Juan 3:9

3. Regeneración: Tito 3:5, Mt.19:28, Juan 3:3, Efesio 2:4-5,1-Perdro 1:3,23-25,

4. Justificación: Romanos 4:25, 5:1,18, Tito 3:7

5. La Santificación: Subsecuente a la justificación: Romanos 5:2,1Corintios1:30,1-Tesalonicences 4:3, Hebreos13:12

6. La Santidad: Lucas 1:75, Tesalonicenses 4:7, Hebreos 12:14, Efesios 4:24, 2-Cor.7:1,

7. La Restitución hasta donde sea possible: Mateo 3:8 Lucas 19:8-9

8. El Bautismo en el Espiritu Santo subsecuente a la limpieza; y el impartimiento de poder para el servicio; Mateo 3:11, Lucas 24:49-53, Hechos 1:4-8

9. Los Dones Espirituales: 1 Corintios 12:1-7, 10,28,31,14:1

10. Hablar en lenguas como el Espiritu dirija a la persona como evidencia inicial del bautismo en el Espiritu Santo.  Juan 15:26, Hechos 2:4, 10:44:46,19:1-7.

11. Las señales siguen a los creyentes: Marcos 16:17-20, Romanos 15:18-19, Hebreos 2:4

12. El Fruto del Espíritu: Romanos 6:22,Galatas 5:22-23, Efesios 5:9 Filipenses 1:11

13. La iglesia: Éxodo 19:5, Salmos 22:22, Mateo 16:13-19 28:19-20, Hechos1:8, 42:47, 7:38,2:20:28, Romanos 8:14-17, 1 Corintios 3:16-17,12:12-31 Corintios 6:6-18, Efesios 2:19-22,3:9-21 Filipenses 3:10,  Hebreos 2:12,1Pedro 2:9, 1 Juan 1:6-7, Apocalipsis 21:2-9, 22:17

14. Bautismo en agua: Mateo 28:19, Marcos 1:9-10, Juan 3:22-23, Hechos 8:36-38

15. Sanidad divina provista para todos en la expiación: Isaias 53:4-5, 1-Pedro 2:24, Stg. 5:14-15,

16. La Cena del Señor:  Lucas 22:17-20,1-Corintios 11:23-26

17. Lavatorio de los Pies de los santos, como acto de servicio y humildad: Juan 134-17, 1Timoteo 5:9-10

18. Diezmos y Ofrendas: Genesis 14:18-20,28: 20-22 Malaquías 3:10, Lucas 11:42,1 Corintios 9:6-9,16:2 Hebreos 7:1-21

19. La premilenial segunda venida de Jesús.  Primero para resucitar a los santos que han muerto y levanter a los creyentes vivos hacia El en el aire: 1 Corintios 15:22, 1 Tesalonicenses 4:15-17, 2Tesalonicenses 4:15-17, 2 Tesalonicenses 2:1.   Segundo para reinar sobre la tierra por mil años Zacarias 14:4, 1 Tesalonicenses 1:7-10, Apocalipsis 5:10,19:11-21,20:4-6.

20. Resurrección: Juan 5:28-29, Hechos 24:15, Apocalipsis 20:5-6

21. Castigo eterno para los inicuos, sin  liberación ni aniquilación: Mateo 25:41-46, Marcos 3:29, Tesalonicenses 1:8-9 Apocalipsis 20:10-15,21:8.

22. Vida eterna para los justos: Mateo 25:46, Lucas 18:30, Juan 10:28, Romanos 6:22, 1 Juan 5:11-13

Creencias Doctrinales

Palabra infalible de Dios

Creemos que las Sagradas Escrituras, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, fueron escritas por hombres santos inspirados por el Espíritu Santo y son la palabra revelada de Dios al hombre. Son la regla y la guía suficientes e infalibles para la salvación y toda la adoración y el servicio cristiano (II Pedro 1: 20-21; II Timoteo 3: 15-17; 1 Tesalonicenses 2:13). La Biblia es la Palabra inspirada de Dios, igualmente en todas partes y en el todo; Es totalmente inerrante en los manuscritos originales. Es la revelación suprema de Dios y de Dios, superior a la conciencia y la razón, aunque no es contrario a ellos; y es, por lo tanto, nuestra regla infalible de todas las maneras. Todas las Escrituras se centran en el Señor Jesucristo y, por lo tanto, ninguna parte se lee ni se entiende correctamente hasta que conduce a Él.

 

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Un solo Dios

Creemos que las Escrituras enseñan que hay un único Dios verdadero y vivo, que existe por sí mismo, y el eterno “YO SOY”, el creador del cielo y la tierra, y el redentor de la humanidad. Creemos que ha elegido revelarse como Padre, Hijo y Espíritu Santo, lo mismo en esencia, aunque distinto en personalidad (Deuteronomio 6: 4; Isaías 43: 10-11; Mateo 28: 18-19; Lucas 3: 22) Estos tres son un Dios, que tienen la misma naturaleza, atributos y perfección, y son dignos del mismo homenaje y obediencia (Marcos 12:29; Juan 1:14; Hechos 5: 3, 4; II Corintios 13:14; Apocalipsis 1 : 4-6). El modo de su existencia, sin embargo, es un tema muy por encima de la comprensión del hombre. Él es la fuente de toda perfección y felicidad. Él es glorificado por toda la creación y es digno de ser amado y servido por toda inteligencia. Él, por lo tanto, es el único objeto apropiado de adoración (Jeremías 10:10; Éxodo 3:14; Salmos 90: 2; Mateo 28:19, 20; Job 11: 7; Salmos 19: 1, 2; 145: 10; 150: 6; Éxodo 34:14).

 

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Jesucristo, el Hijo de Dios y el Hijo del hombre

Jesús nació milagrosamente de la Virgen María (Mateo 1: 23; Lucas 1:31, 35).Vivió una vida sin pecado (Hebreos 7:26; I Pedro 2:22). Él vino al mundo para salvar a los hombres de la culpa y la condena del pecado (Juan 3:16), ofreciendo Su sangre como expiación (I Corintios 15: 3; II Corintios 5:21) y poniéndola a disposición de todos los que ejercen fe en Él.

Resucitó de entre los muertos (Mateo 28: 6; Lucas 24:39; I Corintios 15: 4). Está exaltado a la diestra de Dios (Hechos 1: 9, 11; 2:33; Filipenses 2: 9-11; Hebreos 1-3). Su divinidad se prueba a partir de sus títulos, sus atributos y sus obras (Juan 1:14; Lucas 1: 26-35; Hechos 4:12; Hechos 16:31). Que Actualmente está sentado a la diestra de Dios Padre, intercediendo por Sus redimidos. También reconocemos a Jesucristo como Señor sobre todas las cosas en el Cielo, y en la Tierra, y debajo de la Tierra (Juan 1: 12-14; I Timoteo 3:16; Hechos 7: 37-38; Filipenses 2: 9-10; Hebreos 7:25).

 

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Seguridad de la salvación

Aseguramiento significa que usted, un creyente en Jesucristo, tiene confianza en que está en la familia de Dios y, por lo tanto, tiene vida eterna. La seguridad mira nuestra salvación eterna desde el punto de vista del hombre. El pasaje central es 1 Juan 5:13. Cada verso claro sobre la salvación eterna, como Juan 3:16, enfatiza la base de la seguridad porque Dios guarda su Palabra.

 

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Salvación del hombre del hombre

La única esperanza de redención es a través de la sangre derramada de Jesucristo, el único Hijo de Dios. La salvación se recibe a través del arrepentimiento hacia Dios y la fe hacia el Señor Jesucristo. Mediante el lavado de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo, justificado por la gracia mediante la fe, el hombre se convierte en un heredero de Dios según la esperanza de la vida eterna. La evidencia interna de la salvación es un testimonio directo del Espíritu y la evidencia externa para todos los hombres de una vida de justicia y verdadera santidad (Lucas 24:47; Juan 3: 3; Romanos 10: 13-l5; Efesios 2: 8; Tito 2:11; 3: 5-7; Romanos 8:16; Efesios 4:24; Tito 2:12).

La salvación es una palabra inclusiva, que reúne en sí todos los actos y procesos redentores, es decir, justificación, redención, liberación, imputación, santificación, glorificación, etc. Las palabras hebreas y griegas para salvación implican las ideas de liberación, seguridad, preservación, curación y solidez. La salvación es por gracia a través de la fe, es un regalo gratuito, y totalmente sin obras humanas (Romanos 3: 27-28, 4: 1-8, 6:23, Efesios 2: 8). La salvación está en estos tres tiempos:

Condición de salvación: la gracia de Dios, que trae salvación, se ha aparecido a todos los hombres, a través de la predicación del arrepentimiento hacia Dios y la fe hacia el Señor Jesucristo; El hombre es salvado por el lavado de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo, y, siendo justificado por la gracia a través de la fe, se convierte en un heredero de Dios de acuerdo con la esperanza de la vida eterna (Romanos 10: 13-15; Lucas 24:47; Tito 2:11; 3: 5-7; Efesios 2: 8-9).

Evidencias de salvación: la evidencia interna para el creyente, de su salvación, es el testimonio directo del Espíritu (Romanos 8:16). La evidencia externa para todos los hombres es una vida de amor incondicional, justicia y santidad verdadera, demostrada por el fruto del Espíritu (Juan 13:35; Gálatas 5: 22-23; Efesios 4:24).

Resultado final de la salvación: El espíritu del creyente que muere en Cristo inmediatamente va a estar con el Señor (Eclesiastés 12: 7; Lucas 23: 42-43; II Corintios 5: 8).

 

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Responsabilidad del creyente

Creemos que es esencial que cada creyente establezca una base de verdad y experiencia bíblica sobre la cual él / ella construya su vida. Estas piedras fundamentales son: el arrepentimiento de las obras muertas, la fe hacia Dios, la doctrina de los bautismos, la imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno, todos los cuales son requisitos previos para avanzar hacia la perfección (madurez espiritual) (Hebreos 6: 1-2).

Creemos que cada cristiano es llamado y elegido en Dios para ser un sacerdote ante Dios para ofrecer el sacrificio de alabanza (el fruto de los labios), para dar su tiempo, fuerza y ​​posesiones materiales al servicio del Señor. Todos los creyentes han sido comprados con la sangre de Jesucristo y ya no son suyos, sino que pertenecen al Padre para ser usados ​​para Su gloria; y como posesiones del Señor, deben entregarse a servirle, encontrar su lugar en la iglesia, su cuerpo, y estar disponibles al estar presentes cuando la iglesia se reúna, para que puedan ministrar sus dones y talentos para el edificación del Cuerpo de Cristo (Juan 15:16; Efesios 1: 4-5; I Corintios 6:20; 12:18; Hebreos 13:15; I Pedro 2: 5,9).

Creemos que todo el propósito del hombre es glorificar a Dios y disfrutarlo para siempre. Por lo tanto, creemos en el acto de alabar y adorar a Dios con el ser total como se establece en las Sagradas Escrituras. También creemos que alabar a Dios es una forma de guerra espiritual (Salmos 149; 150; Marcos 12: 29-31; Efesios 5: 18-21).

 

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Santificación

La santificación es el proceso por el cual, según la voluntad de Dios, nos convertimos en participantes de su santidad; que se inicia en la regeneración; y que se lleva a cabo en los corazones de los creyentes por la presencia y el poder del Espíritu Santo en el uso continuo de los medios designados, especialmente la Palabra de Dios, el autoexamen, la abnegación, la vigilancia y la oración (1 Tesalonicenses 4: 3; 1 Juan 2:29; Romanos 8: 5; Filipenses 2: 12-13). La santificación es un acto de separación de lo que es malo, y una dedicación a Dios (Romanos 12: 1-2; 1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 13:12).

Las Escrituras enseñan una vida de “santidad sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). Por el poder del Espíritu Santo podemos obedecer la orden: “Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15, 16). La santificación se realiza en el creyente al reconocer su identificación con Cristo en su muerte y resurrección y por la fe que reconoce diariamente el hecho de esa unión, y al ofrecer cada facultad continuamente al dominio del Espíritu Santo (Romanos 6: 1-11, 13; 8: 1-2, 13; Gálatas 2:20; Filipenses 12: 12-13; 1 Pedro 15).

 

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La Iglesia y el Cuerpo de Cristo

La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, la habitación de Dios a través del Espíritu, con citas divinas para el cumplimiento de su gran comisión. Cada creyente, nacido del Espíritu, es una parte integral de la iglesia general, que está escrita en el cielo (Efesios 1: 22-23; 2:22, Hebreos 12:23).

 

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La Iglesia y el Ministerio

Creemos que todos los que están unidos por el nuevo nacimiento de Jesucristo son socios del pacto de la Iglesia Universal, el Cuerpo de Cristo. También creemos que la congregación local de creyentes cristianos está instituida divinamente y es el instrumento elegido por Dios para el avance de la obra de Dios aquí en la Tierra.

Si bien apreciamos el trabajo de los grupos para-eclesiásticos, creemos que la iglesia local es el vehículo elegido por Dios para la evangelización mundial y la crianza de los cristianos. Además, creemos en la unidad espiritual de todos los creyentes y en trabajar juntos con otros que creen en la salvación a través de la sangre derramada de Jesucristo por las causas del evangelismo, las misiones y la benevolencia (Mateo 16: 16-18; Juan 17:21; Efesios 1: 20-23; 4: 3-10; Colosenses 3: 14-15).

La iglesia es el Cuerpo de Cristo, la habitación de Dios a través del Espíritu, con citas divinas para el cumplimiento de su gran comisión y propósito. Cada creyente, nacido del Espíritu, es una parte integral de la Iglesia de los Primogénitos, cuyo nombre está escrito en el cielo en el Libro de la Vida del Cordero.

Como tal, la Biblia revela que somos socios del pacto unos de otros y que la base de nuestra comunión está en Cristo en el poder del Espíritu (Efesios 1:22; 2: 19-22; Hebreos 12:23). Nuestro Señor ha provisto un ministerio divinamente llamado y ordenado por las Escrituras con el triple propósito de guiar a la iglesia en: (1) Evangelización del mundo, (2) Adoración a Dios y (3) Construir un cuerpo de santos siendo perfeccionado a la imagen de su Hijo (I Crónicas 16:29; Mateo 28: 19-20; Marcos 16: 15-20; Lucas 14:23; Juan 4: 23-24; Efesios 4: 11-16; Colosenses 1: 28).

 

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El aceite de la unción se administra para la curación

El aceite de la unción se administra para la restauración física y espiritual con la imposición de manos cuando sea necesario (Marcos 16:18; Santiago 5:14). Si se han cometido pecados contra Cristo o su cuerpo, deben ser confesados.

 

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El Espíritu Santo

Creemos en el Espíritu Santo como la tercera persona de la Trinidad. Presente desde el comienzo de la creación. La personalidad de Espíritu Santo pueden verse por medio de todas las Escrituras y en efecto, puede verse ejecutando sus atributos, que son: intelecto, Romanos 8:27); voluntad, 1Co_12:11 y sensibilidad Ef.esios 4:30. Entre las actividades personales el Espíritu Santo; Apela 2-Pedro1:21; enseña Juan 14:26; atestigua, Gálatas 4:6; intercede, Romanos 8:26; habla, Apocalipsis 2:7; ordena, Hechos 16:6-7 y testifica, Juan 15:26.

Fue prometido a los discípulos que estaría con su Iglesia todos los días de su vida, para recordarles la Palabra de Dios, para guiara a toda verdad Juan 16:12-14, y es el consolador para los que aman a Jesus Jan 14:15-18. Es quien convence al mundo de de pecado, de justicia y de juicio Juan 16:8-11.

 

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Bautismo en el Espíritu Santo

El bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia necesaria y vital para cada creyente y se evidencia por el signo físico inicial de hablar en otras lenguas a medida que el Espíritu da la palabra. Aquellos que buscan la plenitud del Espíritu recibirán oración por el bautismo en el Espíritu Santo (Hechos 8: 15-17; 19: 2-6).

 

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Los dones del Espíritu

Los nueve dones del Espíritu establecidos en 1 Corintios 12 deben estar y deben estar operativos en la iglesia para disfrutar la plenitud de Dios. Estos dones son impartidos por la soberanía del Espíritu Santo y solo funcionan o son operados por este y el mismo Espíritu (1 Corintios 12:11).

 

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Nuevo Pacto

Este es el nuevo pacto de la era mesiánica donde la ley de Dios está escrita en los corazones de los hombres (Jer. 31: 31,33); fue prometido en el Edén (Génesis 3:15); fue proclamado a Abraham (Génesis 12: 3), y se cumplió en Cristo (Lucas 1: 68-79).

 

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Nuevos cielos y nueva tierra

Nosotros, de acuerdo con su promesa, buscamos nuevos cielos y una nueva tierra donde habita la justicia ”(II Pedro 3:13; Apocalipsis 21:22).

Juicio final y estado eterno

Creemos que, al morir, los espíritus y las almas de aquellos que han confiado en el Señor Jesucristo pasan inmediatamente a su presencia y allí permanecen en la dicha consciente hasta la resurrección del cuerpo glorificado, cuando Jesucristo viene por los suyos. . Con lo cual alma y cuerpo reunidos estarán con Él para siempre en gloria; pero los espíritus y las almas de los incrédulos permanecen después de la muerte conscientes de la condena y en la miseria hasta el juicio final del Gran Trono Blanco cuando el alma y el cuerpo reunidos serán arrojados al lago de fuego, no para ser aniquilados sino castigados con la eternidad. destrucción de la presencia del Señor y de la gloria de su poder (Lucas 16: 19-26; 23:42; II Corintios 5: 8; Filipenses 1:23; II Tesalonicenses 1: 7-8; Judas 6, 7; Apocalipsis 20: 11-15).

Habrá un juicio final en el que los muertos malvados serán resucitados y juzgados de acuerdo con sus obras. Quien no se encuentre escrito en el Libro de la Vida, junto con el diablo y sus ángeles, la bestia y el falso profeta, serán condenados al castigo eterno en el lago que arde con fuego y azufre, que es la segunda muerte (Mateo 25 : 46; Marcos 9: 43-48; Apocalipsis 19:20; 20: 11-15; 21: 8).